lunes, 31 de agosto de 2009

Pajaros en cautiverio

No existe ningún pájaro para jaula. Ningún pájaro nació para vivir en una jaula, ni los que naces en cautiverio.
En la vida silvestre, estos hermosos seres nunca están solos, y si se separan, aún por un momento, llaman desesperadamente a sus compañeros de bandada. Orientados por la bandada, se acicalan las plumas mutuamente, vuelan juntos, juegan y comparten la tarea de incubación de huevos. Muchas esp
ecies de pájaros se aparean de por vida y comparten las tareas de cría. La mayoría de los pájaros no elige una segunda pareja en su vida silvestre después de haber perdido la primera.
Los pájaros alimentados a mano y los pájaros silvestres puestos en cautiverio, frecuentemente se tornan neuróticos, se sacan plumas y auto-mutilan, a veces llegan al punto de causarse la muerte. Muchas hembras cuando están listas para reproducirse se sacan plumas para hacer el nido y empollar , es algo natural, pero cuando los seres humanos interfieren con su conducta
natural y perturban sus ciclos biológicos e instintivos al encerrarlos, sacarse plumas se convierte en una compulsión destructiva.
El estrés es una experiencia cotidiana para los pájaros en cautiverio. Los pájaros alimentados a mano anhelan el afecto y la compañía y muchas veces no les gusta perder de vista a su compañía humana. No entienden las separaciones cuando el dueño se va a trabajar, o aún peor, de vacaciones. Los pájaros penan y sufren, hasta se pueden morir de tristeza.
Los pájaros extraídos de un ambiente silvestre frecuentemente están atemorizados y muy sensibles. Una persona que ha sido picada por un pájaro puede no querer volver a tocarlo, lo que significa condenar al pájaro a vivir prisionero en una jaula para siempre.

Hay que pensar y reflexionar mucho antes de obtener un pájaro, hay que tener en cuenta que ellos sufren mucho su vida en una jaula, por más amplia que sea. Son seres muy unidos y con necesidades que un ser humano rara vez les puede brindar.

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